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En el ámbito de los encurtidos, hay uno en particular que siempre deberías tener: el ajo encurtido o en escabeche.

Si no conoces los encurtidos rápidos o de nevera, la principal diferencia es que los encurtidos rápidos no utilizan ningún método de elaboración para conservarlos. Dependen del vinagre, la sal y la refrigeración para evitar que se estropeen, por lo que su vida útil es mucho más corta. Sin embargo, la contrapartida de una vida útil más corta es un gran crujido que no se consigue con los encurtidos en lata, y normalmente se pueden comer antes.

Dado que el ajo es un alimento poco ácido, se adapta naturalmente a los encurtidos de nevera. Incluso si se procesan los frascos de ajo encurtido utilizando el método de enlatado al baño maría, todavía tendrían que ser refrigerados. No son lo suficientemente ácidos como para evitar que se estropeen o, peor aún, que desarrollen botulismo. Así que nos saltaremos ese paso y meteremos nuestros encurtidos directamente en la nevera.

Tanto si se trata de encurtir ajo como de añadirlo a otras recetas de encurtidos, el ajo más fresco que puedas conseguir dará lugar a los dientes con mejor sabor. Lo mejor es que sea directamente de la huerta.

Por suerte, es fácil de cultivar. Si todavía no has empezado a cultivar ajos en tu jardín, te recomiendo que leas cómo cultivar ajos sin semilla y en maceta. Ideal si tienes poco espacio.

Si no puedes cultivar tus propios ajos, busca en las tiendas locales o en los mercados de agricultores. El ajo de la tienda de comestibles debe pesar en la mano. Si es demasiado ligero, probablemente esté viejo y seco.

Este es el paso más tedioso de la elaboración del ajo encurtido: pelar todos los dientes.

Puedes probar muchos de los populares trucos de pelado de ajo que hay en Internet. La mejor opción para pelar muchos dientes de ajo de una sola vez es poner los dientes individuales en un plato de metal o de cristal con tapa y agitarlo, agitarlo, agitarlo.

Los restos de la piel del ajo suelen desprenderse enseguida después de haberlos sacudido en un cuenco durante un rato.

Prepara la salmuera llevando la sal y el vinagre a ebullición en un cazo, reduce el fuego y cocina a fuego lento, tapado, durante 5 minutos hasta que la sal se disuelva. Si va a preparar más de un tarro, deje cocer la salmuera durante unos 10 minutos.

Mientras la salmuera hierve a fuego lento, coloque ½ taza de eneldo fresco en el fondo de su tarro y, a continuación, los copos de pimienta roja.

Rellena el tarro hasta el final con los dientes de ajo, apilándolos suavemente. Asegúrese de dejar ½ espacio de cabeza en la parte superior del tarro.

Con el embudo y el cucharón, llena el tarro con la salmuera caliente, dejando ½ espacio de cabeza en la parte superior. Limpie el borde del tarro con un paño de cocina limpio y húmedo, y luego enrosca la tapa hasta que quede bien ajustada.

Deja que el tarro se enfríe por completo antes de darle la vuelta varias veces para que las burbujas de aire salgan a la superficie. Guarde el tarro en la nevera.

El ajo encurtido estará listo para su consumo en 2-4 semanas. Cuanto más tiempo lo dejes reposar, más suave será el sabor del ajo crudo y más pronunciados serán el eneldo y la pimienta.

El ajo encurtido debe guardarse en el frigorífico para evitar que se estropee o se produzca botulismo. Se conserva hasta cuatro meses en el frigorífico. Usa siempre un utensilio limpio para sacar el ajo del tarro, en lugar de los dedos. Así se reduces la posibilidad de introducir bacterias en la salmuera. Si empieza a crecer moho, desecha el ajo restante.

A veces el ajo adquiere una tonalidad azul o turquesa debido a los minerales del agua o al yodo de la sal de mesa yodada. El ajo se puede comer, aunque tenga un aspecto un poco extraño.

Publicado en: Hazlo tu mismo

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