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Imágenes contenidas en el informe del departamento de Balística de la Guardia Civil que asegura que las marcas en la mano de Esther López son compatibles con un tenedor de tres puntas. / EL NORTE

El ensayo realizado por el departamento de Balística y Trazas Instrumentales del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil para determinar qué herramienta habría producido las pequeñas lesiones que Esther López presentaba en la mano derecha ha determinado que ese utensilio podría ser «un tenedor de tres puntas u otro objeto de iguales o similares características». El informe, que acaba de llegar al Juzgado de Instrucción 5, fue solicitado por la Sección de Homicidios, Secuestros y Extorsiones de la UCO el pasado 11 de agosto, después de que el equipo de investigación del caso le diera una segunda vuelta al informe de la autopsia y reparara en que los forenses habían localizado en la mano derecha del cadáver nueve microlesiones que, según el Equipo de Reconstrucción de Accidentes, no son compatibles con el atropello o «la dinamica de accidente mediante el modelo de vehículo utilizado por el investigado». Se refieren al coche Volkswagen T-Roc del principal sospechoso, Óscar S. M., el amigo que fue el último que vio con vida a Esther López en la madrugada del 13 de enero, según su propia declaración de la que nunca se ha apartado, en el cruce de acceso a la urbanización El Romeral, donde se habría bajado del vehículo tras una discusión porque ella quería seguir de fiesta y él se negó.

En la motivación que realizó la Guardia Civil a la magistrada titular del Juzgado de Instrucción 5 de Valladolid, Soledad Ortega, se señalaba «la relevancia que en la presente investigación supondría conocer el origen de las citadas lesiones» y la necesidad de disponer de «un informe policial para la determinación o aproximación del tipo de herramienta u objeto que ha podido generar las lesiones observadas».

Estas lesiones se aprecian en el dorso de la mano derecha y en el informe de los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Valladolid, que realizaron la autopsia del cadáver el pasado febrero, las describieron como nueve marcas «redondeadas y superficiales que remedan un dibujo en forma de cubo en grupos de tres», con un tamaño de unos tres milímetros. Además, «en el borde cubital de la base del quinto dedo se aprecia otra pequeña lesión de las mismas características».

En la inspección ocular previa al levantamiento del cadáver no se apreciaron en las superficies de las manos signos compatibles con violencia. Fue después, durante la autopsia, cuando los médicos forenses apreciaron estas pequeñas lesiones en la mano derecha.

En ellas, según la descripción que realizan ahora los técnicos de Balística, se aprecian tres agrupamientos paralelos que presentan un mismo patrón repetitivo, agrupadas y dispuestas en línea recta y en número de tres. Estos agrupamientos, a su vez, están conformados por lesiones redondeadas, espaciadas y de escasa penetración. En el informe se describe la herramienta compatible con estas marcas, un tenedor de postre estándar de tres dientes y puntas romas «u otro objeto de iguales o similares características».

Además de este informe, la jueza ha recibido 15 archivos de vídeo y otras nueve imágenes mejoradas de las grabaciones de las cámaras que captaron, supuestamente, al vehículo del principal sospechoso del caso, Óscar S., en un autolavado de coches de la avenida de Zamora, en el polígono de Argales de la capital vallisoletana el 13 de enero de 2022, el mismo día en el que desapareció Esther López. Estas cámaras serían las del supermercado Gadis y el complejo de Iberdrola. La Guardia Civil, en su primer informe, presentó unas fotografías en las que se aprecia a duras penas un vehículo todoterreno similar al Volkswagen T-Roc del investigado, aunque los investigadores consideran que se trata de Óscar S. que «se apresuró» a «lavar el coche en profundidad» horas después de que, según su declaración, dejara a su amiga sola en el cruce de la urbanización El Romeral de Traspinedo. Estas imágenes han sido mejoradas por el departamento de Ingeniería de la Guardia Civil. El principal investigado del caso negó durante el interrogatorio en sede judicial que ese día lavara el coche y que las imágenes que aparecen en el informe correspondieran a su vehículo.